miércoles, 9 de mayo de 2012

Cuentos en verso para niños perversos.

CUENTOS EN VERSO PARA NIÑOS PERVERSOS
Título original: Revolting Rhymes ©1982
Ediciones Altea. Madrid 1987
Traducción de Miguel Azaola
Ilustraciones de Quentin Blake
sin paginar
I.S.B.N. 84-372-6603-3
Depósito Legal: M-42.466-1987






Perverso Dahl y tremendamente divertido. El "juego" consiste en tomar los cuentos clásicos: Caperucita, Cenicienta, los tres cerditos...etc y hacerles una adaptación acorde con los tiempos, cambiando el final y destruyendo los mitos infantiles tales como el malvado lobo o la cándida Blancanieves, para convertir al primero en víctima y a la segunda en una avispada ludópata y con unos enanitos que solo les queda del cuento original su número.
        Todas las adaptaciones de estos famosos cuentos están en verso y, si bien la rima se desvirtúa al ser traducidos, hay que  rendir homenaje y sacarse el sombrero ante la genial traducción de Miguel Azaola que ha sabido conservar en todo momento el espíritu lúdico del texto de Dahl, sabiendo adaptar la rima original a las necesidades del idioma español con una gran maestría que supongo llena de dificultades.
        Altamente recomendable, este libro contiene adaptaciones de "La Cenicienta", "Juan y la habichuela mágica", "Blancanieves y los siete enanos", "Rizos de oro y los tres osos", "Caperucita roja y el lobo"  y "Los tres cerditos".


Pese a la aparente beatificación de los cuentos populares por parte de la factoria Disney, no hace falta recordar la crueldad con la que se desarrolla cualquier cuento adaptado por Charles Perrault. Desde La Cenicienta hasta La Bella Durmiente, pasando por Barba Azul, Caperucita Roja o El Gato con Botas. En todos ellos, el protagonista es víctima de múltiples humillaciones y solo saldrá airoso si utiliza la astucia o el pillaje. No hay que olvidar que la mayoría de cuentos que hoy se le atribuyen al escritor francés no son más (ni menos) que adaptaciones en papel de los cuentos de tradición oral. Aunque una cosa está clara: los malos son muy malos y los buenos sufren demasiado.
Estos relatos orales que formaban parte del imaginario popular de la época, y que pasaron de generación en generación, eran mucho más violentos que su versión oficial en papel. Perrault se esforzó por dulcificar el carácter sórdido y picaresco de las historias. Sin embargo, en la base siguen siendo lo que son. Es en este punto cuando llegamos a la particular y moderna versión ofrecida por Roald Dahl en su libro Cuentos en verso para niños perversos. Lo que hace el autor no es sino ser consecuente con esta tradición oral, volviendo a la perversidad originaria y a un cierto carácter trovadoresco, que consigue gracias a unos versos llenos de ritmo y musicalidad.
Los cuentos suelen funcionar como una especie de parábola que debe enseñarnos una lección. Roald Dahl realiza un parodia de los postulados morales y anula el estatuto victimista de princesas y niñas desvalidas. El episodio de Caperucita Roja es de lo más ilustrativo: la niña acaba matando al lobo con un tiro en la cabeza y haciéndose un abrigo con su piel, sin que ningún cazador valiente venga en su ayuda. Cenicienta reniega de un príncipe posesivo que corta las cabezas de sus hermanas y pide al hada un compañero honrado… casándose así con un productor de mermerlada. Blancanieves, por su parte, se convierte en el ama de llaves del edificio donde viven unos enanitos adictos a las apuestas de caballos. Con tal de mejorar sus finanzas, roba el espejo mágico de su madrastra para que les prediga el caballo ganador. Sin principe y forrados de dinero, vivieron felices y comieron perdices.
Roald Dahl en 1954
Roald Dahl en 1954
Los géneros clásicos de los cuentos populares son revisitados por Roald Dahl para dotarlos de un realismo crudo acorde con los tiempos actuales. La violencia de género, el capitalismo y el consumo, el homicidio… son algunos de los temas que recorren el texto. La sátira nos muestra que, ni aquellos que tradicionalmente eran buenos lo son tanto (en reaidad, son peor), ni los malos son tan malos. Así, Caperucita roja es una psicópata francotiradora, Cenicienta pasa de los hombres, Blancanieves se hace rica en las apuestas y la madre de Juan el de la habichuela mágica es de todo menos maternal.


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